Con esta frase, o muy similar, finaliza cada uno de los capítulos de “Las mil y una noches”. En alguna ocasión, “se calló” es sustituido por “se interrumpió en las palabras permitidas”.
Las mil y una noches, como es sabido, es una de las maravillas de la literatura universal, compendio de sabiduría y entretenimiento. Fue transmitida por tradición oral y sus primeras ediciones escritas completas son relativamente recientes, del siglo XVIII.
A lo largo de mil y una noches, se narra una breve historia, todas entrelazadas de forma que el sultán perdona la vida por un día más a Sherezade, la narradora condenada a morir, debido a la curiosidad por conocer la continuación de la historia.
La habilidad de Sherezade es la de narrar vivamente, despertar la curiosidad y ser discreta para no ir más allá de las palabras permitidas.
Así ha de ser el consultor CIO, CTO y Service Manager: buen presentador o narrador de los servicios de IT en desarrollo o en producción, motivador de las personas hacia la continuación de los mismos, y atento al mantenimiento del avance a voluntad, en favor de los objetivos, sin intoxicar y con el ritmo más favorable para su consecución, sin quedarse cortos pero, al mismo tiempo, sin sobrepasar el límite “de las palabras permitidas”, es decir: de lo adecuado, eficaz y conveniente.
Dando así la vuelta a la conocida expresión: “sin pausas pero sin prisas”, como hay que hacer con las cosas que son importantes.
Esa discreción es una habilidad que se puede aprender y que se mejora con el entrenamiento, a base de experiencia.