Y lo más extraño es que no me sucede cuando veo alcachofas en la parada del mercado o cuando sé que voy a comerlas o cuando alguien comenta lo sabrosas que las preparan a la brasa en tal o cual restaurante. Ni siquiera ahora mismo que estoy hablando de ellas. No, sólo aparece en mi mente la imagen del rostro descolorido de Putin en el preciso momento en que voy a llevarme una alcachofa a la boca.
Extraña cosa, ¿no? Pero bueno, tampoco tanto como para apuntarme a unas sesiones de psicoterapia o similar. Puedo convivir con esa incógnita, no como alcachofas todos los días.
Así son los fenómenos asociativos. Unos más psicológicos como los de Pavlov (el silbato y los jugos gástricos del perro), otros más físicos como los de los girasoles que se abren y giran en busca de la luz solar. Al final, más o menos evidente o demostrable, todos acaban por tener una explicación. Estoy seguro de que si me pongo a indagar seriamente o busco la ayuda de un psicoanalista lograría desentrañar el aparente misterio de Putin y las alcachofas.
En la vida de los proyectos TIC aparecen, de vez en cuando, relaciones inexplicables que debieran ser estudiadas, aunque sólo sea para constatar su irrelevancia. Esto se da con mucha frecuencia en las relaciones interpersonales al formar equipos de trabajo. Sin saber a ciencia cierta el porqué, unas personas trabajan más a gusto y son más productivas cuando trabajan en un determinado grupo. En otro ambiente, su rendimiento y satisfacción se deterioran. Una vez conocidas esas relaciones o asociaciones, es más fácil actuar favorablemente sobre ellas y sus circunstancias.
Y, en sentido contrario, se puede hacer como Pavlov en su famoso experimento: provocarlas. Hago sonar el silbato cuando le doy de comer a un perro. Al cabo de unos días de repetir esa operación, el perro, aún sin tener comida a su alcance, comienza a segregar jugos gástricos al oír el sonido del silbato.
Es una habilidad del CIO, CTO o Service Manager el estudiar determinadas circunstancias para provocar asociaciones reflejas que deriven en acciones espontáneas, casi inconscientes, que favorezcan el desarrollo de los proyectos.
No hay que hacer como yo con las alcachofas y Putin. Ignorar las asociaciones es desperdiciar recursos y oportunidades. O de provocar situaciones no deseadas. Estudiarlas y actuar con arreglo a ellas, incluso sacando ventaja de ellas, es, por el contrario, una habilidad que se aprende.
