Completado el trámite, se obtiene un certificado positivo o bien se reciben sugerencias más o menos severas que requieren intervenciones de reparación o adecuación a las normas.
El CIO, CTO o Service Manager recién “salido de fábrica” está certificado con grados variables de calidad. Pero el tiempo pasa y los proyectos se suceden.
A veces, las normas cambian y hay que conocerlas y adaptarse a ellas. En otras ocasiones, simplemente, algunas prestaciones se deterioran, quizás por falta de uso. Hay que revisarlas y ponerlas al día. La competencia no es un don llovido del cielo, de eterna duración. Todo lo contrario, la competencia es el conjunto de habilidades que un profesional ha adquirido y todavía posee. Y no hay que olvidar que las habilidades, al igual que se mejoran con la práctica, se deterioran por el abandono o por el inexorable paso del tiempo.
En tecnología (y en la gestión de Servicios de IT muy especialmente) las normas se modifican a velocidad de vértigo. Los trayectos posibles son tantos que no siempre ha habido ocasión de explorarlos y recorrerlos todos. Un proyecto puede requerir de un CIO, CTO o Service Manager la aplicación de conocimientos que, aun habiendo salido de fábrica, sea la primera vez que se ponga en circulación.
La certificación de la gestión de Servicios de IT no es una foto sino un historial, una película de competencias mantenidas y, quizás, mejoradas. Como la ITV.