En los proyectos novedosos – y los proyectos de la gestión de los Servicios de IT suelen serlo -, perder la cabeza es relativamente fácil. Y lo es en los dos sentidos: por anhelo y por contrariedad.
Por anhelo porque la gestión de los Servicios de IT es en si mismo una novedad en los ambientes en los que se instala. Rompe moldes, ofrece multitud de prestaciones ignoradas y abre camino en las carreras de los profesionales que lo tratan, tanto usuarios como CIOS, CTOS y Service Managers. La introducción de la gestión de Servicios de IT puede ser tentación de lucimiento excesivo por parte de éstos, perdiendo la cabeza.
Por contrariedad, porque la gestión de Servicios de IT tropieza inexorablemente con la resistencia al cambio y el miedo a lo desconocido. Puede incluso condenar carreras profesionales. Eso puede acarrear desánimo y desafección, quizás exagerada, no calibrada con serenidad, es decir, perdiendo igualmente la cabeza.
Nótese que casi todos los anhelos son la cara de una moneda en cuyo reverso se encuentra la contrariedad correspondiente. El canto de esa moneda es el razonable equilibrio en el que el CIO, CTO o Service Manager debe instalarse personalmente y debe procurar que todos los actores del proyecto se instalen. Es una conducta no fácil de adoptar con continuidad: no dejarse seducir por malsanos anhelos, no dejarse arrastrar por inevitables contrariedades.
Ésa es una habilidad que se aprende y con la práctica se suele ir mejorando.