Entre las series de televisión de los años 80, una de las que alcanzó mayor audiencia fue la que protagonizaba el desgreñado detective Colombo, ataviado con su arrugada gabardina de color claro e interrogando sagazmente a los sospechosos con su inveterada voz cascada. Recientemente, algunas cadenas han ido reponiendo capítulos de esa serie con idéntico éxito de público.
En muchos de los episodios, Colombo se enfrentaba a casos de delitos en los que otros daban por finalizada la investigación, incluso exculpando a los que a la postre resultaban ser los delincuentes, ya sea por falta de pruebas contundentes o aceptando falsas coartadas. Generalmente, era Colombo quien no se resignaba a dejar un enigma sin resolver o a aceptar explicaciones que no eran satisfactorias al cien por cien. Donde otros desistían, llegados a un punto muerto de la investigación, Colombo seguía insistiendo a partir de los indicios más nimios, incordiando si era necesario, hasta encontrar la solución a los interrogantes y desenmascarando a los culpables
En la vida de los CIO, CTO y Service manger a veces (sólo a veces y en la medida adecuada), es necesario proceder con la tozudez de Colombo para lograr que las actividades progresen. Los proyectos no son ajenos a estas situaciones. Antes bien, por su criticidad y su complejidad, se da con frecuencia el hecho de encontrarse en encrucijadas en las que para tomar la dirección adecuada o resolver un impedimento es necesario investigar a fondo para evaluar todos los hechos, conocer sus causas y efectuar las necesarias correcciones de conducta.
La tenacidad es una habilidad muy conveniente en el CIO, CTO y el Service manager aplicada no sólo a posteriori como hacía Colombo, una vez el delito ya había sido cometido, sino mucho más para prevenir situaciones de conflicto, basados en experiencias previas extraídas de casos similares en los que ya se haya encontrado o de los que haya tenido conocimiento. No vale dejar que los casos se cierren incluso antes de abrirlos, tentación a la que lleva muchas veces la indolencia o la debilidad. Estas actitudes favorecen el desánimo tanto del CIO, CTO y Service manager como de los equipos. Pocas cosas son tan contagiosas como la pasividad, muy especialmente en el ámbito profesional.
Frente a ello, debe imponerse una cierta dosis de sana tozudez, que se autoalimenta con el entreno, como sucede con todas las habilidades.
