Una cadena interminable de bondad y salud se irá así construyendo por generaciones, en justo equilibrio de deseos y voluntades.
Así ha de desearlo el CIO, CTO o Service manager, cuyos colaboradores más inmediatos han de observar hacia él un reporte de bondad entendida como adhesión hacia los objetivos, lealtad en sus conductas, colaboración en los empeños, actitud corporativa, comunicación cercana y sentido de pertenencia. Por supuesto, también competencia profesional.
De los nietos, - los colaboradores de nuestros colaboradores – no es que haya que desentenderse, no, pero hay que dejar que de ellos se ocupen nuestros propios colaboradores, que habrán asimilado el concepto y los procesos, y el propio Dios, es decir, las organizaciones que están por encima de nosotros.
Ése es el auténtico sentido con el que se construye equipos de largo y sólido recorrido. Los que ocupan puestos de responsabilidad no son ajenos a este proceso, cuyo correcto manejo es una habilidad que se aprende.